Cáritas,
desde hace un tiempo, nos hemos planteado con más fuerza que es eso de
acompañar personas y procesos.
Etimológicamente
acompañar es estar de camino junto con alguien o compartir la mesa o el pan con alguna
persona. En primer lugar, me gusta pensar que si compartimos camino o mesa con
alguien, es porque es una persona importante para nuestras vidas. ¿Quién se
pone en camino o se sienta a la mesa con cualquier persona, si no es porque hay
una auténtica relación de cercanía?. Lo difícil de ello es estar junto a la
persona, tome la decisión que tome,
aunque no estemos de acuerdo con ello, e incluso en los momentos en que se ponen
mal las cosas.
Y Cáritas consideramos
que acompañar no es solamente tener entrevistas periódicas con una persona,
para preocuparnos por donde quiere encauzar su vida, también es estar junto a
estas personas diariamente. No exagero si os digo que esta es la parte más atractiva
para mi del acompañamiento, de ser
compañero de camino o comensal con alguien. Aquí es donde los recursos
residenciales jugamos nuestro importante
papel, de apoyo a los procesos.
Tuve que
estar junto a G. cuando le dio un ataque de ansiedad en el albergue y, aunque
vino una ambulancia y le dieron
medicación, no se la quiso tomar en un primer momento, y tuve que estar junto
con su compañero intentando que se tranquilizara.
O hemos
tenido que estar junto a C. cuando ha llegado algunos días ebría y teníamos que
acompañarla a su habitación para que descansara y ahora ha decidido, al menos
durante un tiempo, abandonarnos.
Me gusta mi trabajo, el mismo Jesucristo me muestra
cada día con su propia vida en que reside preocuparnos por las personas. Se trata de no vivir en
actitud pasiva que el otro se acerque a mi vida, sino que tengo ser yo el que dé
el primer paso, no esperando que el otro siga el camino que yo le ofrezco.
Porque, como un buen amigo me enseño hace ya algunos años, amar al que tenemos
al lado no es esperar a amarlo cuando cambie, sino amarlo hoy tal y como es,
con sus luces y sombras. Y os aseguro que entre la personas en situación de sin
hogar hay muchas sombras, pero también hay luces, lo importante es saber
descubrirlas.
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