viernes, 10 de mayo de 2013

ACERCANDO EL ALBERGUE A LOS JOVENES



Pocas veces tienes la oportunidad de explicar las cosas que haces en el albergue, pero son menos aún las veces en las que tienes la opción de explicar por qué las haces.

El viernes pasado pudimos compartir nuestras experiencias a los jóvenes de segundo de bachillerato del Mater Dei, sumándonos al resto de testimonios de diferentes ámbitos de la acción social, que han ido pasando a lo largo del curso, dentro de la asignatura que imparte Juanma.

Empezamos con la historia de Lucia, una canción que refleja la situación de muchas personas que habitan en la calle y que van surgiendo en nuestro entorno urbano. Un retrato de aquellas personas que, cada vez que se cruzan en nuestros caminos, hace inevitable acordarse de aquel juicio de las naciones en el que se nos preguntará por todas aquellas veces en las que vestimos, visitamos o dimos de comer al necesitado.

Hablamos sobre aquello que nos mueve a la hora de hacer un voluntariado en el albergue, de aquellos momentos que nos marcaron y han ido haciendo del voluntariado un modo de vivir y transmitir la palabra de Dios. Julián aportó su visión de lo que es trabajar, día a día, desde el servicio, Luis y yo dimos nuestro testimonio como voluntarios y algunos alumnos también se añadieron a la conversación, aportando sus experiencias durante el campo de trabajo del año pasado, enriqueciendo aún más si cabe la clase.

A pesar de ser un viernes a última hora, la charla fue distendida y participativa, en la que los alumnos pusieron interés hacia una realidad que ya no les es indiferente. He de decir que me sorprendió muy gratamente la iniciativa de Juanma, ya que, tras muchos años de trabajo con los jóvenes, siempre me demuestran que tienen cualidades y aptitudes de sobra para transformar este mundo en un lugar mejor.

Al final, despedida, agradecimientos y un hasta pronto, quedándonos con esa sensación de haber aprovechado nuestro tiempo, de alguna forma acercando un poco más el albergue a los jóvenes.



José Miguel,
voluntario del albergue

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