miércoles, 30 de enero de 2013

MÚSICA...PARA RECORDAR


Ayer volví al albergue. Como siempre que me acercó por alli me sentí como en mi casa. Los trabajadores que cada día luchan por dar una segunda oportunidad a aquellos usuarios que se deciden a dar el paso o simplemente les apoyan y les dan seguridad los días que pernoctan en el recurso, me abrieron las puertas y los usuarios que participaron en el taller me abrieron su corazón y sus recuerdos.
El taller de musicoterapia es un espacio para recordar, para rememorar aquellos recuerdos, que por la situación actual que cada uno sufre, se encierran en lo más adentro de nuestro cerebro. Y a través de la música conseguimos evocar los recuerdos más agradables de diferentes épocas de nuestra vida. Pasamos por la infancia, donde los usuarios nos narran como fueron sus cumpleaños, sus relaciones con los padres y hermanos,... Recordamos nuestro primer amor, cómo, quién, a qué edad,... Pero siempre desde la perspectiva de recordar aquello que fue positivo y agradable.¿Y por qué? Porque si evocamos desde lo más profundo de nuestra mente y corazón los aspectos positivos de nuestro pasado, podemos darnos cuenta de que en el presente, e incluso intuir que en el futuro, se pueden repetir los acontecimientos positivos. Es una manera de automotivarnos, de poder y querer pensar que no todo tiene que ser negativo por la situación que estamos viviendo. Que ha habido, hay y habrá momentos agradables. Y tenemos que conseguirlos, luchar por ellos, e intentar demostrar a la sociedad, y lo más importante, a uno mismo, que se puede salir.
Por mi parte, simplemente agradecer a todos y cada uno de los que ayer estuvieron compartiendo con nosotros una parte de sus vidas. Aquella parte que debemos volver a conseguir. !Ánimo a todos!
                                                                                                                                                     Antonio


1 comentarios:

Mariela dijo...

Simplement genial! Quina sort poder disfrutar i participar en eixa experiència!