Y EL TIEMPO PASA....
Parece que haya pasado una eternidad, a veces incluso me da la sensación que todo ha sido fruto de un sueño, un recuerdo del pasado, cuando en realidad no hace tanto tiempo de todo esto.
En la calle hace mucho frío, el invierno nos llena con sus aromas particulares, olor a leña quemada que se esfuma por las chimeneas de las casas. Silencio, hay mucho silencio, puedo oír los latidos de mi corazón, un perro ladrando a lo lejos, alguien que camina deprisa para llegar a casa, pasos lejanos.
Aquí no hay luces navideñas que te impiden ver el brillo resplandeciente de las estrellas, aquí no hay sirenas, ni pitos de los coches que se han quedado encerrados en un paro de tráfico, no hay gente que camina deprisa, que pasa por tu lado y no te mira a los ojos, aquí no hay prisas, es como si el espacio y el tiempo se ralentizaran.
Aquí no hay gente pidiendo en las puertas de los supermercados, ni buscando entre los contenedores de basura para poder alimentarse. En los cajeros de los bancos, no hay cartones tirados en el suelo que sirven de colchones.
Aquí no hay largas colas de gente, esperando a que se abran las puertas para poder tener al menos una comida caliente y decente al día. Ni gente esperando para poder adecentar un poco su aspecto con una buena ducha y ropa limpia.
Aquí no hay realidad, mejor dicho, no existe esa realidad, no vivimos esa realidad. Es como si todo estuviera pasando en otro lugar muy lejano y no nos incumbiera para nada. A veces me da la sensación de que esto no está pasando.
Pero no es verdad, cuándo despierto de mi letargo nostálgico, recuerdo, pienso, sé que hay otra realidad, porque la he conocido, la he vivido, la he compartido entre vosotros.
Pienso mucho en vuestra situación, en vuestras experiencias, en vuestras vidas, en las preocupaciones que os agobian, en la situación desdichada en la que os encontráis, aunque a veces, todo me parezca un sueño, un mal sueño.
Anoche no podía dormir, salí al balcón, la noche es tan extremadamente silenciosa que me ahoga, puedo oír hasta mis pensamientos, y volví a veros, a oíros, a sentiros.
Seguís aquí conmigo, ocupáis parte de este pequeño corazón. Desde la distancia, pero no hay distancias entre el cariño y el recuerdo.
Ví una estrella brillando más que las demás, se acerca la Navidad.
Ojalá esta estrella os ilumine y os dé fuerza para caminar, para seguir luchando por vuestra felicidad, para encontrar vuestro lugar, en vuestro tiempo y espacio.
Feliz Navidad, desde lo más profundo y sincero de mi corazón.
LOLA.
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