PARTICIPAR, IGUALDAD DE CONDICIONES EN LA TOMA DE DECISIONES
Hace un tiempo comenzamos con el camino de acompañar a las personas en situación
de sin hogar, estar junto a estas personas para motivarles, recordarles… que es
posible que cada uno podamos tomar las riendas de mi vida en este duro caminar del día a día…
Ahora nos planteamos enriquecer este
camino, intentando que las personas participen
en su vida, en nuestra sociedad… Y, ¿porque no?, también en lo que nos afecta más directamente a Cáritas, nuestros
proyectos, nuestras estructuras… Lo importante para Cáritas no es hacer muchas
cosas por las personas, sino hacer
muchas cosas con las personas.
Se trata de romper con la lógica impuesta de que las cosas
son así porque siempre han sido así,
porque es mejor no marearnos pensando en cómo podemos cambiar las cosas… La
cuestión es marearse, tambalear nuestras estructuras… Para que el otro tenga
sitio en mi vida, en nuestra sociedad…
Y en esta tarea no podemos dejar de ser objetivos. Las
personas en situación de sin hogar no son unos santos, la calle es dura. En la
calle se dan toda una serie de relaciones complejas, donde impera la ley del
más fuerte, donde el más débil lo tiene difícil para vivir, donde el poder del
grupo se impone a la persona, donde muchas veces los miedos impiden ver la
realidad… Pero acaso, ¿esto no ocurre en las relaciones entre las personas que
nos consideramos “normalizados”?…
Pero esto me da miedo, me hace temer que esa “utopía” (de la
que habló Tomás Moro), ese Reino que comienza en esta tierra (con el que nos
ilusionó Jesucristo), pueda quedarse simplemente en “utopía” (algo que no está
teniendo lugar y hacia lo cual queremos caminar), no llegando nunca a ese sueño
que es la “topía”, que es hacer realidad lo que soñamos… Porque soñar sobre
estos temas, nos recordaba el sábado nuestro compañero Pedro Fuentes, es
importante, pero no podemos quedarnos simplemente en soñar. Hay que despertar,
hay que dar la vida, no teniendo simplemente un sentimiento de empatía (llorar
ante las injusticias), sino trabajar para que esas injusticias vayan
desapareciendo …
Es algo tan fácil, pero a la vez tan complejo, como decirles
: “Eres importante para mi… Tus ideas, tu ilusiones, tus esperanzas (en resumen,
todo lo que eres y piensas)… son importantes para mi”. ¿Por qué no intentamos
entre todos hacer un mundo más solidario, un mundo donde todas las personas
tengan su lugar?.
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