lunes, 1 de diciembre de 2014

PARTICIPAR, IGUALDAD DE CONDICIONES EN LA TOMA DE DECISIONES

    Hace un tiempo comenzamos con el camino de acompañar a las personas en situación de sin hogar, estar junto a estas personas para motivarles, recordarles… que es posible que cada uno podamos tomar las riendas de mi vida en este duro caminar del día a día…

    Ahora nos planteamos enriquecer este camino, intentando que las personas participen en su vida, en nuestra sociedad… Y, ¿porque no?, también en lo que nos afecta  más directamente a Cáritas, nuestros proyectos, nuestras estructuras… Lo importante para Cáritas no es hacer muchas cosas por las personas, sino hacer muchas cosas con las personas.

    Se trata de romper con la lógica impuesta de que las cosas son así porque siempre  han sido así, porque es mejor no marearnos pensando en cómo podemos cambiar las cosas… La cuestión es marearse, tambalear nuestras estructuras… Para que el otro tenga sitio en mi vida, en nuestra sociedad…

    Y en esta tarea no podemos dejar de ser objetivos. Las personas en situación de sin hogar no son unos santos, la calle es dura. En la calle se dan toda una serie de relaciones complejas, donde impera la ley del más fuerte, donde el más débil lo tiene difícil para vivir, donde el poder del grupo se impone a la persona, donde muchas veces los miedos impiden ver la realidad… Pero acaso, ¿esto no ocurre en las relaciones entre las personas que nos consideramos “normalizados”?…

    Pero esto me da miedo, me hace temer que esa “utopía” (de la que habló Tomás Moro), ese Reino que comienza en esta tierra (con el que nos ilusionó Jesucristo), pueda quedarse simplemente en “utopía” (algo que no está teniendo lugar y hacia lo cual queremos caminar), no llegando nunca a ese sueño que es la “topía”, que es hacer realidad lo que soñamos… Porque soñar sobre estos temas, nos recordaba el sábado nuestro compañero Pedro Fuentes, es importante, pero no podemos quedarnos simplemente en soñar. Hay que despertar, hay que dar la vida, no teniendo simplemente un sentimiento de empatía (llorar ante las injusticias), sino trabajar para que esas injusticias vayan desapareciendo …


    Es algo tan fácil, pero a la vez tan complejo, como decirles : “Eres importante para mi… Tus ideas, tu ilusiones, tus esperanzas (en resumen, todo lo que eres y piensas)… son importantes para mi”. ¿Por qué no intentamos entre todos hacer un mundo más solidario, un mundo donde todas las personas tengan su lugar?.

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