Como se viene haciendo cada año, coincidiendo con la semana en que cae el Día de las Personas sin hogar, se ha realizado la Campaña Nadie Sin Hogar, que este año ha puesto su mirada en la problemática que muchas personas de este colectivo tienen para ejercer su derecho a la salud.

   La intención es visibilizar la realidad de estas personas y sensibilizar a la sociedad, los medios de comunicación y a la administración,  acerca de las enormes dificultades que muchas de las personas con las que trabajamos tienen para acceder al sistema de salud pública, que se han acrecentado más aún en los últimos tiempos en los que los recortes por parte del gobierno en materia sanitaria, dejan a muchas personas sin una atención médica adecuada a su problemática.

   Por ello en el Centro de Día del Albergue, se realizaron durante la semana pasada diferentes actividades, en parte para informar y motivar a las personas que aquí viven temporalmente, a que participen activamente en la campaña, a que conozcan cuales son sus derechos y aprendan a defenderlos.

En el taller de Ganas de Vivir dedicado a la Salud.

 

 

  Hemos compartido información por medio de charlas, hemos preparado el flashmob ideando y realizando las pancartas que utilizaríamos, hemos reflexionado juntos sobre la salud y sobre la importancia de mantener una actitud positiva, hemos compartido experiencias de compañeros que están teniendo en este momento dificultades para acceder a la salud...todo con la esperanza de ayudar a dar voz a estas personas, y con la esperanza de que cada vez sea mayor el número de personas que participan de estas actividades y nuestro mensaje llegue cada vez a más corazones.

 Participando en el FlashMob

 

Yo siempre digo que soy un privilegiado, es verdad. Os voy a contar uno de los últimos privilegios con los que he sido agraciado.

Fue el pasado jueves. Siempre desee ser entrenador de fútbol. Mis primeros pinitos los hice de joven, me encargaba de entrenar a algún equipo de niños del colegio durante mis últimos años. No fue bien, todavía no había aprendido suficiente de la gran escuela de entrenadores que es la vida…

Este equipo es maravilloso. Pretendemos algo muy sencillo aumentar las ganas de vivir. Además tengo la gran suerte de formar parte de un equipo, somos dos, Rosana y yo. Cada uno se encarga de una parte del entrenamiento, compartimos, ponemos en común, retocamos la táctica y nos lanzamos al partido.

¿Los jugadores? Los mejores del mundo, todos aquellos que el jueves por la tarde quieren compartir con nosotros un ratito en el Albergue. Formamos un círculo, proyectamos la táctica, sugerimos una estrategia, nos dejamos guiar y animar por las imágenes y… a jugar.

Este último jueves fue un privilegio la planificación del partido. Decidimos estudiar una táctica para remontar en la vida. Si, remontar cuando se va perdiendo. Nos distribuimos los dorsales. Pilar, el cuatro. José Luis de portero. Rafa el nueve. Isidro el tres. José el dos. El seis Antonio para distribuir juego. Victor el diez, siempre le gustó ser delantero… Teníamos hasta animadoras.

Os dejo  la táctica:

• Vamos a ganar
• Decisión
• Atacar
• Estar alerta
• Decisión de cambio
• Avanzar siempre
• Esperar la oportunidad
• ‘Lo voy a parar todo’
• Confiar
• Defender a los más débiles
• Organizar
• Parar los golpes de la vida

Los gritos de ánimo acordados para las ‘animadoras y animadores’, para la afición fueron:

-          ¡¡Tú puedes!!

-          ¡¡Adelante!!

-          A por ellos

-          ¡¡¡Ánimo!!!

El objetivo era muy claro: LA REMONTADA ES POSIBLE. Ahí os dejo la pizarra.

Vamos a jugar… remontar SIEMPRE es posible. 

 

 

- ¡Eh chavales! ¿Qué tal? ¿Os apetece jugar un partido?

- Pues claro ... ¿contra quién?

- Contra nosotros.

- ¿Contra vosotros? ...¡¡¡ jajajajaja!!! Vale , pero...¡¡¡OS VAMOS A FUNDIR!!!

 

  No lo puedo evitar, cada vez que recuerdo este momento me río a carcajadas. Y es que estos chavales nos contestaron con una seguridad en sí mismos y con una frescura que me dejaron atónita. Cuando interactúo con niños y jóvenes lo más frecuente es que me dejen pasmada por lo naturales que son, por su sencillez y su confianza, les admiro profundamente y a veces pienso que mejor nos iría a todos si conservásemos algo de esa naturalidad, frescura y autenticidad que tienen ellos.

 

  Al final, resultó que el partido lo ganamos nosotros y además por un sorprendente 14-2. Vamos, que los fundimos nosotros a ellos y es que ese día el equipo estaba coordinado y jugó bien.   Siendo sincera, fue pura casualidad, porque aquí cada día que salimos a jugar es una aventura diferente, con personas diferentes, de nacionalidad, cultura, edad y forma física diferente.  Ahora bien, siempre  es una experiencia satisfactoria porque si algo tiene el deporte es que no entiende de edades, de razas, o clases sociales. La gente se encuentra en la cancha y lo que tienen es ganas de jugar, y habiendo ganas lo demás no importa, así que... continuemos practicando deporte