domingo, 27 de abril de 2014

Ganas de vivir


'Ganas de vivir' ha sido nuestra propuesta durante todo un curso. El pasado jueves, 24 de abril, terminamos nuestro taller. Ha sido un auténtico privilegio para nosotros poder compartir una tarde cada quince días en el Albergue, con todos vosotros. Es un momento breve pero intenso. Dos horas cortas  pero repletas de emociones, sentimientos, nombres… de vida.
El título lo pensamos para ayudar a recuperar la ilusión, la esperanza, ‘las ganas de vivir’… de todos los que se iban a apuntar al taller. Esperamos que haya sido así, deseamos que nuestro compartir haya ayudado a conseguirlo. Pero después de trece jueves hemos descubierto que el título lo habíamos puesto para nosotros. Cada jueves que nos podíamos acercar a vosotros era un auténtico empujón para nuestras ‘ganas de vivir’, para nuestro deseo de vivir con intensidad nuestra vida en el colegio, con la familia, con los amigos… Volvíamos a casa casi sin hablar en el coche, intentando guardar palabras, gestos, lágrimas, testimonios, abrazos… para no perderlos, para colocarlos en el lugar de los firmes cimientos. Gracias, os lo debemos… nos habéis hecho un regalo maravilloso.

En el taller hemos conocido algún pueblo de Portugal llenando de recuerdos, de vida, de sentimientos sus plazas y caminos. Hemos repasado las curvas de la ternura, del encuentro con las personas que se fueron, con los seres queridos de hoy y siempre. Bancos donde sentarse y reposar, para escuchar y mirar de nuevo a amigos, hermanos… aprovechando la sombra de la dulzura, de los recuerdos vivos de los seres queridos. Hemos descubierto atardeceres que anuncian amaneceres nuevos. Las manos, los pies, los corazones… nos hablaban de aquello que nos mueve por dentro y nos hace únicos, irrepetibles, amantes, buscadores, capaces de entender un abrazo como el mayor de los tesoros. Montañas infranqueables que con impulso nuevo y compartido han sido atalayas de libertad, de sueños. Sonrisas de niños, manos y besos de ancianos, miradas de jóvenes, juegos de adolescentes… que nos hay retrotraído en la historia personal para vivirla con el gozo de aquello que vivimos entonces, ahora y siempre. Cometas, aviones, barcos, lápices… que nos ayudaron a viajar hacía el corazón entregado y lleno de lo que otros me regalaron. Perros, pájaros, ardillas, palomas, gatos… que con su ronroneo e imagen nos hacían volver a sentir, soñar o imaginar caricias deseadas que permanecen aunque el tiempo pase.

Hemos plantado árboles con hojas de colores; diseñado estrategias del mejor  y más deseado partido de fútbol, el de la vida de cada día, donde podemos ganar; dibujado con otros agarrados de la mano; pintado un cuadro único como pintura coral de hombres y mujeres que quieren llenar de colores los grises de cada día; nos atrevimos a curar el mundo con tiritas llenas de propuestas de vida; hemos practicado el levantamiento de pesas para poder ejercitar los brazos para no dejarse ganar por el cansancio…
Ha sido un camino también con piedras, pero no nos importaba, todas ellas han sido decoradas, para cambiar la canción… nuestro destino no es rodar y rodar, nuestro destino es vivir, vivir y vivir.
Gracias a todos.

Rosana y David 


Nuestra canción fue: Que nadie calle tu verdad

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