Ganas de vivir
'Ganas de vivir' ha sido nuestra propuesta
durante todo un curso. El pasado jueves, 24 de abril, terminamos nuestro
taller. Ha sido un auténtico privilegio para nosotros poder compartir una tarde
cada quince días en el Albergue, con todos vosotros. Es un momento breve pero
intenso. Dos horas cortas pero repletas de
emociones, sentimientos, nombres… de vida.
El título lo pensamos para ayudar
a recuperar la ilusión, la esperanza, ‘las ganas de vivir’… de todos los que se
iban a apuntar al taller. Esperamos que haya sido así, deseamos que nuestro
compartir haya ayudado a conseguirlo. Pero después de trece jueves hemos
descubierto que el título lo habíamos puesto para nosotros. Cada jueves que nos
podíamos acercar a vosotros era un auténtico empujón para nuestras ‘ganas de
vivir’, para nuestro deseo de vivir con intensidad nuestra vida en el colegio,
con la familia, con los amigos… Volvíamos a casa casi sin hablar en el coche,
intentando guardar palabras, gestos, lágrimas, testimonios, abrazos… para no
perderlos, para colocarlos en el lugar de los firmes cimientos. Gracias, os lo
debemos… nos habéis hecho un regalo maravilloso.
En el taller hemos conocido algún
pueblo de Portugal llenando de recuerdos, de vida, de sentimientos sus plazas y
caminos. Hemos repasado las curvas de la ternura, del encuentro con las
personas que se fueron, con los seres queridos de hoy y siempre. Bancos donde
sentarse y reposar, para escuchar y mirar de nuevo a amigos, hermanos…
aprovechando la sombra de la dulzura, de los recuerdos vivos de los seres
queridos. Hemos descubierto atardeceres que anuncian amaneceres nuevos. Las
manos, los pies, los corazones… nos hablaban de aquello que nos mueve por
dentro y nos hace únicos, irrepetibles, amantes, buscadores, capaces de
entender un abrazo como el mayor de los tesoros. Montañas infranqueables que
con impulso nuevo y compartido han sido atalayas de libertad, de sueños.
Sonrisas de niños, manos y besos de ancianos, miradas de jóvenes, juegos de
adolescentes… que nos hay retrotraído en la historia personal para vivirla con
el gozo de aquello que vivimos entonces, ahora y siempre. Cometas, aviones,
barcos, lápices… que nos ayudaron a viajar hacía el corazón entregado y lleno
de lo que otros me regalaron. Perros, pájaros, ardillas, palomas, gatos… que
con su ronroneo e imagen nos hacían volver a sentir, soñar o imaginar caricias
deseadas que permanecen aunque el tiempo pase.
Hemos plantado árboles con hojas
de colores; diseñado estrategias del mejor
y más deseado partido de fútbol, el de la vida de cada día, donde
podemos ganar; dibujado con otros agarrados de la mano; pintado un cuadro único
como pintura coral de hombres y mujeres que quieren llenar de colores los
grises de cada día; nos atrevimos a curar el mundo con tiritas llenas de propuestas de vida; hemos practicado el levantamiento de pesas para poder ejercitar
los brazos para no dejarse ganar por el cansancio…
Ha sido un camino también con
piedras, pero no nos importaba, todas ellas han sido decoradas, para cambiar la
canción… nuestro destino no es rodar y rodar, nuestro destino es vivir, vivir y
vivir.
Gracias a todos.
Rosana y David
Nuestra canción fue: Que nadie calle tu verdad
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